Entre la maternidad y el emprendimiento

san2.jpg

Este año lo comencé con la sensación de haberme perdido  un poco entre mis roles de mami y emprendedora,  os ha pasado?  Esa sensación de vivir alerta, salvando el día en modo superhéroe.  No se si os he contado pero el primer año con Aroa perdi 20 kilos, 20!, Sin quererlo,    empecé a bajar de peso, primero los 12 que subí con el embarazo y luego 8,  estaba muy delgada , recuerdo llegar al año de Aroa agotadísima , coincidía justo cuando empezaba a caminar, ufff.  Fue una época durilla para mi, en la que me di cuenta que alimentarme bien era esencial,  que ir a terapia con Silvia cada mes era lo que mi mente necesitaba para bajar la guardia y dejar de exigirme tanto,  que pedir ayuda  tenía que estar en mis planes  para  que mi maternidad no se me caiga a pedazos.

Así que empecé a confiarle mi tesorito a personas… me costó muchísimo  porque  lo que mi mente me decía en ese momento era:  “Nadie va a cuidar a Aroa mejor que tú” pero a veces yo estaba tan tan tan hecha polvo que eso no era verdad.  Aroa necesitaba a una Sandra feliz , divertida, animada. En unas de las sesiones con Silvia, mi psicóloga y amiga me dijo algo muy revelador:  “Es importante que Aroa aprenda a ser  tolerante,  eso lo conseguirá   relacionándose  con diferentes personas y entablando vínculos de confianza, cada uno tenemos una personalidad , una  forma de comunicarnos, más dulce, más  jueguetona, más seria, más chinchosa, más tosca incluso.  Tú Sandra, solo le puedes ofrecer la tuya y es genial,  pero ella debe percibir que las otras formas también son validas y no pasa nada.  Aroa se hará una nena que podrá entender a diferentes niños  y tolerar mejor sus frustraciones y la de los demás “.

IMG_8596.JPG
IMG_8613.JPG

 A mí eso me encanto, así que  empecé a mirar a las personas con otro prisma, por fin baje la guardia, abrí mis manos y deje que mi tesorito salga y aprenda del mundo. Me emociono hasta ahora al recordarlo, porque  para mí eso fue un antes y un después en mi maternidad.  Al tener espacio para mi, empecé a  recuperar fuerzas,  recuerdo que me entregue de lleno en  adaptar mi casa a la nueva etapa de  Aroa, en hacerla más funcional, manejable y bonita, claro que si!  Darle amor a mi casa me motivo mucho y empecé a dedicarle horas a mi proyecto  samikay y lo renové,   gane peso también,  empecé a comer mejor y cuidar más de mi,  gane fuerza y actitud y hasta tenía más paciencia.  Cuando volví a hacerme autorretratos , éste en particular, me di cuenta que ya había vuelto,  vuelto a sentirme femenina, libre, fuerte aún  con todas mis fragilidades.

san1.jpg

Para 2018 me pido  que esa luz bonita que intento  transmitir día  a día con mi marca, no se pierda en mi y que recuerde que ser mami emprendedora esta super bien, siempre que Sandra  lo esté también.